El aire sigue enrarecido
La ventana indiscreta
El aire sigue enrarecido
Por Maritza Gueler
Datos nuevos. Luego del anuncio reciente del Departamento de Comercio sobre el leve aumento de la construcción de viviendas nuevas, parecería que se encendió una lucecita en el camino. Quizás demasiado tenue porque el aumento sólo fue del 0,8 por ciento en relación a diciembre del año pasado. Pero algo es algo. Especialmente si se miran las cifras de diciembre de 2007, cuando la construcción nueva había bajado 14,8 por ciento, a un ritmo anual de 1 millón de unidades.
Los analistas. La mayoría de los expertos esperaba que el ritmo de obras nuevas llegara a más de un millón de unidades en enero. Pero los permisos, que son un claro indicador de la actividad futura, disminuyeron, también en enero en un 3 por ciento. Eso denotó un ritmo anual de 1,08 millones de unidades, que es el más bajo desde noviembre de 1991. Estos datos permiten observar la recesión más intensa en el mercado inmobiliario. Y seguirá siendo un lastre en la economía del país.
De punta a punta. Hace algunos días la ciudad de Vallejo, ubicada al noreste de San Francisco, California, anunció una posible bancarrota debido al déficit con el que el podría cerrar el año fiscal. En varios condados de Maryland, las cifras del presupuesto tampoco cierran. Y en otros estados los números están también en rojo. Y si bien en toda crisis no hay una sola causa, muchos funcionarios y expertos no dejan de mencionar como uno de los principales culpables al mercado de la vivienda.
Recaudar. Los ingresos por impuestos de parte del sector inmobiliario han menguado notoriamente debido a la crisis de vivienda que enfrentan la mayoría de las ciudades del estado. La abundancia de casas a la venta, el incremento de las ejecuciones hipotecarias y el derrumbe de los precios son un obstáculo feroz para el crecimiento económico. En enero la construcción de viviendas unifamiliares disminuyó 5,2 por ciento a un ritmo anual de 743 mil unidades, también el más bajo desde enero de 1991.
Una esperanza. Pero ante toda esta debacle, aparecen también cifras que guiñan el ojo con cierta complicidad. Las obras de construcción de viviendas multifamiliares aumentaron 22 por ciento, a un ritmo anual de 269 mil unidades. Y lo que parecía que estaba detenido o suspendido, continuó su ritmo. Quizás con mayor lentitud, pero siguió adelante.
La excepción. Manhattan, en cambio, fue la oveja negra de la crisis, y cerró el cuarto trimestre de 2007 con un precio promedio récord en los apartamentos. Ayudada, sin duda por la venta de viviendas de lujo. El precio medio de los apartamentos en la ciudad llegó a $1.439.909 en el último trimestre, y fue la cifra más alta en la historia de la isla.
maritza@eltiempolatino.com
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