Friday, May 30, 2008

Hollywood ya no es igual

La ventana indiscreta
Hollywood ya no es igual
Por Maritza Gueler

Cambios. Hollywood hace tiempo que ha dejado de ser el paraíso soñado por los artistas. Muchos optan por otros destinos y dejan sus costosas mansiones. Con un aumento del 120 por ciento respecto al año anterior, Los Angeles se ha convertido en la segunda ciudad con mayor número de embargos del país. Y el éxodo de estrellas se está haciendo notar. A nadie le gusta vivir en un entorno embargado por la desgracia. Eso no tiene nada que ver con el glamour de Hollywood.

Notorios. Cameron Díaz acaba de comprar un apartamento en el West Village de Nueva York, en busca de precios asequibles. El boricua Ricky Martin también optó por la onda neoyorquina y se fue al NoHo, en North of Houston Street, un distrito naturalmente artístico en el corazón de la Gran Manzana.Pero no sólo Ricky se ha instalado allí, la zona está llena de famosos.

Compra-venta. Más allá de la crisis, más allá de la fama, los números cuentan para algunos y para otros no. Mel Gibson puso en venta su Granja del Viejo Molino por $39,5 millones. Una casa cuyo valor está dado por su estilo y porque es una de las últimas grandes mansiones que quedan en Greenwich, Connecticut. Pero tras la venta de la granja Gibson compró en $25,8 millones una hacienda de 163 hectáreas frente a las costas del Pacífico en Costa Rica. La hacienda se ubica frente a Playa Barrigona, provincia de Guanacaste, sitio ubicado en el Pacífico norte del país, a unos 300 kilómetros al oeste de San José y donde el desarrollo urbano y turístico es mínimo.

Inversiones. Para ciertas estrellas, la crisis parece no afectarlos, aunque prefieren invertir afuera. Tal como parece ser el caso de Nicolas Cage que ha estado invirtiendo en el Reino Unido. Su última adquisición es un palacio del siglo XVIII en Bath, una ciudad cercana a Londres.

Europeos. Mientras Cage trata de hacer negocios de bienes raíces en Europa, los europeos de clase media prefieren venir a invertir en este país para aprovechar la diferencia entre el dólar y el euro, y la crisis inmobiliaria que ha hecho bajar los precios estrepitosamente. La diferencia en la compra permite hacer inversiones sin riesgo. Según parece. Pero la balanza generalmente suele inclinarse por los extremos y no conoce de términos medios.

Dudas. Sin embargo, la pregunta es: ¿qué harán los europeos si sus inversiones se ven reducidas en un cinco o un diez por ciento el año que viene? ¿Habrán pensando en una inversión a largo plazo? ¿Habrán imaginado que quizás con el cambio de gobierno la economía dará un vuelco rotundo en poco tiempo? Tal vez sí. De hecho, como dicen en el campo: “Siempre que llovió paró”.

maritza@eltiempolatino.com

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